martes, 9 de diciembre de 2014

Llegó la hora del ingeniero

Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth
Esta vez ya no existen dudas. El ingeniero ya ganó, el ingeniero gobernará nuestra región por cuatro años, el ingeniero se convierte en el cuarto presidente regional de nuestro departamento, el ingeniero para muchos apabulló en estas justas elecciones al médico, quien termina su gestión este 31 de diciembre sin aplausos ni reconocimientos, pero si con muchas críticas por haber realizado una gestión totalmente controvertida y plagada de corrupción.
A penas fue emitido el flash electoral por algunas encuestadoras luego del cierre de las elecciones a las 4 de la tarde, quienes daban el 63 % al ingeniero y el 36 % al médico – una diferencia colosal –, los militantes del MIDE salieron a las calles a festejar por todo lo alto e inmediatamente se dirigieron la sede del Organismo Descentralizado de Procesos Electorales (ODPE) para “cuidar” la victoria que iban obteniendo y para que no suceda como en la primera vuelta. Además por ahí empezó a correr como reguero de pólvora que el congresista de la república Josué Gutiérrez Cóndor, quien abiertamente respaldaba al médico, había hecho su ingreso a dicha oficina electoral, pero luego fue desmentido por la misma oficina.
Claro, no siempre es bueno creer tanto en el flash electoral que diversas encuestadoras emiten el mismo día del cierre de las elecciones junto a algunos medios de información, tal vez fue por eso que la esperanza del médico aún se mantenía en pie, pero conforme pasaron las horas, las cifras oficiales que emitía el Organismo Nacional de Procesos Electorales (ONPE) no estaban alejadas de las cifras ya emitidas extraoficialmente por esas encuestadoras. Luego de conocer las cifras oficiales la suerte del médico ya estaba echada, según fuentes cercanas al médico, a este no le quedó más remedio que reconocer su tremenda derrota que fue causado por su propia gestión, la cual se convirtió en la crónica de una lenta derrota.
Mientras escribo este artículo, según el portal web del ONPE al 98.40 % de las actas contabilizadas, el ingeniero lograba la victoria con el 68.37 % y el médico quedó estancado con un 31.63 %. Esta cifra refleja que el ingeniero supera con un 37 % al médico, ni  para pensar en un fraude, como disque sucedió en la primera vuelta. En fin nadie sabe.
Para muchos, como escribe el profesor Arlindo Luciano Guillermo, “Huánuco ha recuperado su dignidad, su honor mancillado por la mentira, la ineptitud y la soberbia”. Para otros, con la victoria del ingeniero la corrupción no llegará a su fin, ya que se encuentra enraizado en los cimientos del Gobierno Regional de Huánuco, y es una práctica común a nivel nacional, aunque duela decirlo, pero es la realidad.
Un amigo me decía: ahora todos son del MIDE – movimiento que llevó a la victoria al ingeniero – ahora todos dicen haberle apoyado, incluso los periodistas que día tras día trataban de desprestigiarlo tratando de sacarle más puntos al médico.
Desde esta tribuna solo toca repetir las palabras de José Luis Trujillo, columnista del diario Correo “una cosa es con cajón y otra con guitarra, una cosa es hacer propaganda y otra cumplirla”. Si realmente quiere que su gestión marche con pie derecho lo primero que debería hacer es una auditoría de todas las direcciones del Gobierno Regional y hacer el intento para terminar con los famosos diezmos que se ha convertido en una manera de robarse el dinero del estado con total descaro.

Estaremos vigilantes del tipo de gestión que realice el ingeniero, ya que existen muchas dudas con respecto a las promesas dichas en campaña, y esta duda surge por el tipo de personas controvertidas que rodea al ingeniero. No solo basta con arrodillarse en señal de agradecimiento, ni gritar al cielo con los ojos húmedos. El pueblo lo puso, y el pueblo lo juzgará por sus errores.
Fuente: A3

lunes, 24 de noviembre de 2014

Yo decido qué hacer con mi voto

Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth
A menudo me preguntan que por quién voy a votar en esta forzada segunda vuelta electoral que se desarrollará este domingo siete de diciembre, donde se elegirá al nuevo o al mismo presidente regional que gobernará el departamento de Huánuco del 2015 al 2018. Y es necesario recordarles al nuevo postulante y a aquel que busca reelegirse, que a partir del 2015 ya no existirá la reelección en las futuras contiendas electorales, una norma de la no reelección de gobiernos regionales y locales aprobada por el Congreso de la República, en su desesperación de poner fin a la corrupción en estos órganos del estado. Pero según la opinión de muchos especialistas que con esta norma los gobiernos regionales y locales que inicien su gestión se apresurarán en robarse el dinero de la arcas del estado por el corto tiempo que gobernarán – tan solo cuatro años –. En fin, esta norma no mermará en nada la corrupción indignante institucionalizada en varios organismos de estado en estos últimos tiempos con más descaro.
Es normal que la gente o los amigos anden preguntado y comentado sobre este tema, pero a veces cansa oír el nombre de estos candidatos que según dicen por ahí que representan el cáncer y el sida, por quienes dentro de dos semanas iremos a las urnas a emitir un voto.
El que va a su última reelección embandera el lema “Por más obras”, una frase vacía y contradictoria; ya que durante su gobierno, que llega a su fin este 31 de diciembre, y que puede continuar, ha dejado tantas obras abandonadas e inconclusas en las zonas cercanas y más alejadas de nuestro departamento, algunas con presupuestos totalmente agotadas y obras avanzadas solo al 40 por ciento, un claro reflejo de la tremenda corrupción ¿de qué más obras habla? Y el nuevo postulante lleva como lema “Vota por el cambio”, esta frase es una alegoría y un presagio a la trepidante corrupción en la cual estará envuelto su gobierno si logra ganar estas elecciones, debido a que está rodeado de gente maquiavélica y totalmente cuestionada.  Y que la ejecución de las obras, según hablan las lenguas por ahí, ya estarían negociadas (si el río suena es porque piedras lleva).
Si recordamos las elecciones del pasado 5 de octubre, según la no tan creíble boca de urna de los medios de comunicación y algunas encuestadoras, el nuevo postulante era el virtual ganador para la presidencia regional de Huánuco con un 34.5% aproximadamente, y el que va a su última reelección obtuvo 18.5 %. De hecho, el nuevo postulante empezó a festejar por todo lo alto, pensando haberse adueñado del sillón del gobierno regional por cuatro años, y que si hubo algún margen de error en la boca de urna, solo pensaron que bajaría unos puntos, creían haber superado el 30 %, que es requisito básico para declararse ganador. Incluso, empezaron a repartir los puestos de trabajo como premio a todos aquellos que trabajaron arduamente durante la campaña. Pero al pasar los días la realidad se tornaba diferente, iba perdiendo votos, mientras la oficina del Organismo Nacional de Procesos Electorales (ONPE) tardaba en entregar el conteo de los votos al 100 %. El rasgo de desesperación se notó clarísimo del nuevo postulante, cuando al día siguiente de las elecciones salieron a las calles en conjunto con sus seguidores a denunciar fraude electoral, mientras el que iba a la reelección, esperaba paciente en su búnker y observaba sigiloso cómo los votos del nuevo postulante iba cediendo hasta quedar en el 29.90 % y de esta manera quedó postergado el sueño de la victoria del nuevo postulante.
Yo ya tengo una posición clara para este siete de diciembre, y ya decidí qué hacer con mi voto, aunque no sé si me daré ese tiempo de ir a votar. La decisión que tomé es no dar mi voto a ninguno de estos candidatos por dos razones: la primera es que no creo en el nuevo candidato, no creo en sus gestos, no creo en su mirada, ni en el fingido argumento que suelta cada vez que se para frente a sus seguidores y no seguidores, no creo en la gente que le rodea – separo de este argumento a su vicepresidenta y al electo primer regidor de la Municipalidad Provincial de Huánuco, quienes si contagian confianza – no creo ni en su forma de caminar ni en lo pobrecito que dice ser, ni en su supuesta capacidad para hacer obras disque por ser ingeniero; en fin no creo ni en su propuesta de contratar a Comunicadores Sociales para cada oficina descentralizada del gobierno regional del interior del departamento. Con todos estos argumentos, no quiero extender este texto mencionado que por qué no votaría por el que va a su última reelección, lo único que diría es que no merece regresar al gobierno regional ya que intenta utilizar nuestra débil democracia para legitimar la corrupción en ese organismo del estado. La segunda razón por la cual tomé esta decisión de no votar por ninguno de los dos, es que con el tipo de plan de trabajo que dicen haber formulado de acuerdo a la realidad del departamento, no lograrán poner los cimientos para el desarrollo en conjunto y sostenible de nuestra región. En educación seguiremos siendo el penúltimo en comprensión lectora, en salud seguiremos mirando como ese hospital regional se cae en pedazos a pesar de que hace cuatro años ya existe un presupuesto para su nueva construcción, en medio ambiente los mineros ilegales e informales seguirán depredando los bosques y contaminado los ríos y suelos de la provincia de Leoncio Prado y Puerto Inca, en agricultura seguiremos siendo los últimos y los agricultores seguirán produciendo solo para subsistir, en seguridad ciudadana seguirá en aumento el sicariato y el robo a mano armado, en medios viales de transporte terrestre las carreteras seguirán en pésimo estado en la cual actualmente se encuentran. Nada cambiará, ni la galopante corrupción mermará, al contrario seguirá en aumento.
Pero qué se puede hacer, uno de ellos será el ganador, y Huánuco seguirá observando como un grupo de personas hambrientas de dinero convierte en un festín por cuatro años más el Gobierno Regional.

Finalmente, este domingo siete de diciembre, no solo en el departamento de Huánuco se realizará  este segundo acto electoral, sino en catorce departamentos y dos provincias de nuestro país.
Fuente: Internet

lunes, 10 de noviembre de 2014

Leer para resucitar

Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth

Mi madre me contó un día, que cuando apenas tenía nueve meses de nacido y estuve aprendiendo a dar mis primeros gateos, ella una tarde de esos me había dejado en la cama y cuando regresó luego de un par de minutos ya no estuve en ella. Desesperada empezó a buscarme por cada rincón de la pequeña habitación,  cuando ya estuvo a punto de derramar unas lágrimas por el susto echó una mirada debajo de la cama y ahí estuve yo, tan quieto en una esquina con un pequeño libro jugando como si nada hubiera pasado, como si en mi tremenda ingenuidad tratara de descubrir lo que las letras de esos libros decían.
Fue la primera vez que mi madre me había comentado ese hecho, un hecho que solo ella sabía y que tal vez guardó el secreto celosamente presintiendo en lo que un día yo me convertiría.
He pensado muy bien antes de escribir este texto. Pensé un poco en lo que dirán, empezando por el título de vanaglorioso, soberbio, orgulloso, jactancioso, alabancioso, petulante, presumido, vanidoso, pedante, pretencioso, fatuo, ensoberbecido inmodesto, altivo, etc., etc., y etc. En fin, con el respeto que muchos se merecen, no escribo pensando en cuantos me van a leer, ni es mi preocupación influir en tal o cual persona, tan solo escribo porque es el placer más grande que me da vida como el mismísimo acto de leer para resucitar.
Desde aquella vez que mi madre me descubrió bajo la cama con un libro en mano, cuando aún ni siquiera mis balbuceos eran interpretados, entiendo que ella ya estaba advertido hacia donde apuntaba mi comportamiento.
Cuando apenas aprendí a leer a los cinco años, recuerdo muy bien que me refugiaba en las páginas de cada libro que caía en mis manos, haciendo oído sordo a la violencia política de ese entonces. Así acabé la primaria en compañía de tantos libros. Lo mismo pasó cuando acabé la secundaria en el mismo colegio; ahora que estoy a punto de culminar la universidad no he dejado esa costumbre, más que una costumbre, esto se convirtió en un hábito desenfrenado que en mis momentos de sequía me vuelve a la vida.
En todo este tiempo he construido mi propio imperio de libros que me gobiernan. Empezando de autores universales, pasando por autores nacionales y llegando hasta autores locales. Invertí cada moneda que llegaba a mis manos tan solo para darme el gusto de leer cada día más. Llegué hasta el punto de privarme de tantas cosas que alguien de mi edad hubiera querido tener. Ni ser forastero en esta ciudad bulliciosa hizo que renunciara a seguir comprando más libros, sin importar el costo que debía pagar. A veces para llenar el estómago de algo digno tuve y aún tengo que recurrir a terceras personas o en el peor de los casos siempre enfrento al hambre con una carta bajo la manga: entrar a mi cuarto y sacrificar unas monedas para el pan y el café. Y de eso mi madre es consciente, a pesar de sus limitaciones económicas jamás me dejó desamparado. Pero a veces llego al grado de hacer penitencia para pagar la pensión donde vivo, donde mi adicción a la lectura se materializa, donde descansan mis libros muy cómodamente sin reclamarme nada. En el silencio de mi soledad son ellos quienes me hacen compañía y tratan de llenar ese vacío que sufro al no tener cerca a mi madre, ni  a mis abuelos.

La última locura que cometí recientemente fue leer en tan solo dos horas la cuarta edición del libro Pecos Bill y otros recuerdos de Mario Malpartida Besada, un texto de 95 páginas que compré recientemente en la feria de libro. Cuando inicié con ese “Mal viento otra vez”, era las diez y media de la noche; y cuando llegué a “Los colores de la vida”, ya era doce y media de la madrugada. Y recién pude conciliar el sueño. Era la segunda vez que leía el libro después de haber leído la primera edición hace unos años atrás, pero fue en la segunda que le agarré el gusto. Y logré entender lo cabos sueltos que me había dejado la primera lectura.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Cinco días de literatura en Huánuco


Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth
Cuando se abrió el telón para dar paso a la inauguración del inicio de la V Feria de Libro – Huánuco 2014, el pasado lunes 27 de octubre, muchos ahí de los presentes con las copas levantadas durante el brindis imaginábamos de lo que sería esos cinco días que duró el evento cultural más grandes de nuestra región. Sin duda, se convirtió en el refugio de muchos aquellos que creemos en el inmenso poder de la literatura y el valor de los libros. La trascendencia que iba marcando cada una de las actividades programadas para este evento ha sido pieza clave para saciar la sed de los voraces lectores entre chicos y grandes, quienes iban llegando para tener la oportunidad de tener cerca o interactuar con sus escritores favoritos. Estas actividades que de una y otra forma se han convertido en el pilar de esta V Feria de Libro, que se viene desarrollando ininterrumpidamente desde el año 2009.
Es cierto, el oficio de escribir para que otros te puedan leer exige mucha responsabilidad. A veces puede durar horas, días o meses de encierro abandonado en esa soledad inhóspita, esa soledad que te ayuda a descubrirte o descubrir la historia que a veces te quita el sueño y convierte tus horas de insomnio en lecturas. Para los que alguna vez hemos experimentado el sufrimiento a la hora de parir una historia, durante el desarrollo de la V Feria de Libro, pudimos observar en cada gesto del narrador o poeta que subía al escenario para presentar a ese público diverso su creación literaria hacer grandes esfuerzos para explicar en torno a qué gira la historia que les costó sudor y cansancio recrearlo o en qué estado anímico escribió tal poema.
Foto: Alejandro Alminco A

Entonces ahora podemos entender en qué momentos se han logrado escribir cada uno de los libros que habían sido traídos a esta V Feria de Libro y que podíamos ver y adquirir cada vez que nos aprestábamos a salir al patio central del Museo Regional Leoncio Prado, escenario de esta fiesta cultural. Era inevitable no acercarse a cualquiera de las más de once mesas instaladas, donde libros de diversos autores esperaban a algún voraz lector.
No cabe duda que la presencia de escritores de renombre con toda la colección de sus libros publicados, han sido fundamental para la atracción de los asistentes. Escritores como Mario Malpartida Besada, Samuel Cárdich Ampudia, Jacobo Ramírez Mays, Andrés Jara Maylle, Luis Hernán Mozombite, Juan Giles Robles, Gino Damas Espinoza, Jack Flores Vega, Edgar Norabuena Figueroa, Jorge Ureta Sandoval, Cromwell Jara, Elí Leyva Echevarría, Roy Davatoc, Elí Caruzo García, Alex Mejía, Isaac Espinoza Padilla, entre otros; quienes con su parecencia y sus historias han dado realce a esta V Feria de Libro. Y si empezara agradeciendo a cada uno de ellos, esta página se haría más inmensa y empezaría a aburrir creo yo a los que van a tener la oportunidad de leerlo. Simplemente me atrevo a decir gracias a Mario Malpartida por Pecos Billl y Otros recuerdos, Ciudad de Agosto, Ajuste de Cuentos, entre otros; a Samuel Cárdich por Blanco de Hospital (traducido al portugués), La mella del tiempo, tres historias de amor, El desfile de los años Baldíos (presentado el cuarto día de la V Feria de Libro), entre otros; a Jack Flores Vegas por Lecciones para un suicida; a Juan Giles por Cuentos Agujeros negros; a Elí Caruzo por El mejorero y otros cuentos; a Jacobo Ramírez por su poemario Juguetes Perdidos, etc.…etc.…

Ahora que pasó la V Feria de libro de Huánuco, se empieza a extrañar el aroma de lo que significa ver tantos libros en la mesa esperándonos tan quieto como siempre, pero por dentro llenos de misterio.
Presentación del libro El desfile de los años baldíos de Samuel Cárdich A.
Foto: Alejandro Alminco A.

domingo, 26 de octubre de 2014

Esa misma esquina de siempre (Relato)

Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth  
Estoy ahí, sentado en esa misma equina de siempre, donde solíamos encontrarnos tú y yo; estoy esperándote como siempre te esperaba con la mirada puesta por esa calle por donde tú siempre aparecías tan linda, tan bella y tan esbelta.
Estoy recordando esos momentos tan fugaces de nuestras vidas. Esas pocas noches de nuestra confidencia bajo ese mismo cielo donde ahora seguramente tú estas con él. Él, a quien tú le hablas al oído diciéndole con susurro lo mucho que le amas; pero a la vuelta de la esquina vienes a mi encuentro mostrando el movimiento de tus caderas.
Si te tuviera en estos momentos junto a mi te recordaría sin egoísmo que fui yo quien te enseñó a besar otros labios. Esos labios prohibidos. Esos labios que se desgastan en otros labios. Que fui yo quien te enseñó hacer el amor sin remordimiento.
Y ya debes saber que aún te recuerdo. Tal vez con añoranza, o no sé. Ni siquiera sé si debo desearte suerte o debo odiarte; o debo seguir amándote con tanta vil torpeza.
Sé que aún vendrás. Pero antes que lo hagas quisiera que le digas a él con ese mismo susurro que vendrás a encontrarte conmigo. Me río, sí, me estoy riendo a ciegas, pensando en la cara que pondrá al escuchar de tus labios decir: “Ya vuelvo amor, iré a encontrarme con él”.
Se hace larga esta espera. Grito tu nombre en silencio. Los viandantes me miran de reojo y yo sigo ahí, adivinando que tal vez te asomarás por esa misma esquina de siempre.
Intento venir a darte alcance, pero no sé donde estarás. Aún sigo ignorando si realmente tú vendrás.
Ahora estoy recordando aquella noche cuando besé tus labios por vez primera, tú pusiste resistencia; pero ahora que el tiempo ha pasado yo te abrazo desde atrás por la cintura y tú coges mi mano y no la sueltas, mientras nuestro muslos van tocándose sin sospecha alguna.
Sigo sin entender qué es lo que me mueve a amarte, a buscarte, a desearte, a pronunciar tu nombre durante mis sueños largos.
Te he escrito en muchas ocasiones. Es ahí donde dejé grabado cada detalle de ti que me encanta y me hace perder los sentidos y el orden que debo seguir al escribirte.

Hoy es noche de luna llena y verás que también he de escribir esta tu tardanza, tu ausencia; esperando que me disculpes por lo desordenado que soy. Pero aún no sé si tú aún vendrás, mientras yo seguiré esperándote en esta misma esquina de siempre.
Fuente: Internet

domingo, 21 de septiembre de 2014

Tres días de cine en Huánuco

Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth
Huánuco fue escenario de uno de los eventos más importantes en el campo cinematográfico que es muy necesario resaltar. Para los que tal vez desconocían de este evento, déjenme mencionarles que el pasado 18, 19 y 20 del presente mes se realizó el I FESTIVAL NACIONAL DE CINE – HUÁNUCO 2014, donde se proyectó más de diez películas peruanas, entre ellos: Asháninka, de José María Salcedo; Trata de blancas, de Héctor Marreros; Viaje a Tombuctu, de Rossana Díaz; El huerfanito, de Flaviano Quispe; El misterio del Kharisiri, de Henry Vallejos; El mudo, de Daniel y Diego Vega; Los Negritos de Huánuco (Pre-estreno), de Elías Cabello; Mónica más allá de la muerte, de Roger Acosta; Con nervios de toro, de Nilo Inga; El vientre, de Daniel Rodríguez, y Cortometrajes de alumnos de la Escuela Académica Profesional de Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán de Huánuco.
Hace más de cien años el año de 1911, Riccioto Canudo escritor, poeta, crítico cinematográfico italiano, fue el primero en denominar al cine como el séptimo arte. “Canudo veía el cine como un “arte plástico en movimiento”  y quiso que estuviera presente entre las diferentes disciplinas artísticas. Su influencia dentro del movimiento teórico, intelectual y artístico era muy importante, lo que llevó a que se acogiese al cine como un arte más” (Ya está el listo que todo lo sabe - Alfred López).
Para los que amamos este séptimo arte, el evento a servido como precedente para ya no solo ser cinéfilos o simples espectadores, sino convertirnos en difusores de las producciones cinematográficos regionales que en muchas ocasiones son vistas como inferiores por los grandes medios de comunicación, incluso por grupos elitistas de cineastas limeños. Tal vez este evento también haya servido como un espacio para reanimar a muchos jóvenes que en algún momento han intentado dedicarse al cine, pero sin embargo no tenían las cosas bien claras, ni un espacio donde enriquecerse de las producciones cinematográficas de nuestro país. Obvio, para ser un buen cineasta es muy necesario ser observador, y devorar todas las producciones cinematográficas habidas y por haber. Un creador de historias y saberlas contar. Un amante de la música y saber contextualizar los sonidos de acuerdo a un escenario o contexto. Conocer las culturas de cada región. Y claro, en nuestro país al menos, saber arriesgarse.
Existe una vasta producción de cine nacional, de hecho todos ocupan un lugar privilegiado que han enriquecido al avance cinematográfico en nuestro país, más allá de las recientes producciones que han atraído la atención del público, más por el tipo de publicidad que han utilizado las productoras que por su calidad. Claro, las últimas películas estrenadas han sido realizadas con buen profesionalismo en la calidad de la historia y la musicalización, como: El vientre, de Daniel Rodríguez; El mudo, de los hermanos Vega, etc. Incuso la película La teta asustada, de Claudia Llosa; que en el 2009 ha dado mucho que hablar y que ha sido merecedora de muchos premios nacionales e internacionales, ha sido un aporte significativo que llamó más la atención por su buen encuadre durante la producción y por la calidad de la imagen.
El I FESTIVAL NACIONAL DE CINE – HUÁNUCO 2014, fue realizado por la Asociación Cultural Amigos Por Siempre – ACAS Producciones y Zoom Producciones, dirigidos respectivamente por el profesor Elías Cabello y Gregorio “Goyo” Zúñiga, a quienes quedamos eternamente agradecidos por habernos llenado de emoción, de tristezas, de alegrías, de suspensos, por haber jugado con nuestras emociones con cada película que proyectaban, y el trabajo que hicieron realmente suena admirable por arriesgarse y enfrentarse a las dificultades y a lo difícil que es realizar este tipo de eventos que te llena de nervios con tan solo pensar en la acogida de los asistentes, ya que en nuestra ciudad es la primera vez que se realiza un festival de cine.
Cortesía ACAS - PRODUCCIONES
Sin duda la presencia de directores de algunas de las películas proyectadas dio realce a este festival; entre ellos estuvieron los cineastas Flaviano Quispe, de El Huerfanito; Henry Vallejos, de El misterio del Kharisiri; Roger Acosta, de Mónica más allá de la muerte. Así mismo estuvo el cineasta Roberto Barba (El Jarcor), quien brindó un conversatorio sobre cómo hacer cine con bajo presupuesto, también estuvo el crítico cinematográfico, Héctor Turco, quien hizo un análisis sobre el boom del cine peruano. De igual manera es infaltable mencionar la presencia de la reconocida actriz Mayella Lloclla.


Domingo, 21 de setiembre del 2014 

martes, 9 de septiembre de 2014

¡Cabrones!, Huánuco no está de moda

Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth
No jodan, ni mientan con esa frase “Huánuco está de moda”. Huánuco es un mundo de transportistas cabrones, malcriados, desordenados en el sentido más elevado de la palabra, mal educados, inclementes, mal aseados, incluso en el peor de los casos algunos son ladrones. Esos es Huánuco por ahora señores; y no se hagan ilusiones de que es la ciudad de El Mejor Clima del Mundo. Tal vez un día lo fue, tal vez; pero ahora se ha convertido en la eterna desfachatez de transportistas sin la mínima buena educación; desde el que conduce un vehículo menor, hasta el que conduce un vehículo mayor; desde lo particular, hasta lo público.
Tenemos la poca vergüenza para apuntar con el dedo agónico a nuestras autoridades incapaces, cuando en realidad somos parte del desorden y damos rienda suelta a estos que se creen dueños de nuestras pistas y calles, y pueden estacionarse donde ganas les da. Hemos convertido a nuestra ciudad en una jungla sin leyes, en un lugar donde los motores de estos vehículos contaminan nuestros sentidos desde el brillo del alba hasta el anochecer.
Los responsables directos de este desorden infernal somos tu y yo, somos quienes usamos a diario estos medios de transportes para movilizarnos; ya sea a la universidad, al mercado, al trabajo, o hasta incluso para hacer deporte a algún lugar, etc. En este caso no hay responsabilidades compartidas. Si quisiéramos mejorar esta realidad dejaríamos de ser tan descarados de la siguiente manera: no subas a un vehículo que por dejarte subir se estaciona ya sea en media pista, o se atraviesa en la calle, o en el peor de los casos, tan solo por dejarte subir debe cruzar a toda velocidad impunemente la luz roja del semáforo. ¡Ups, según el chofer no se dio cuenta! Entonces te conviertes parte del problema. Sales a la pista, levantas la mano, primero miras a tu alrededor para ver que no haya ningún policía, el bajaj, combi, taxi, colectivo se estaciona en una zona rígida, abre la puerta, tú tardas en subir, detrás ya se generó un caos vehicular. Claro, ellos ya ganaron la batalla y pueden estacionarse donde les da la gana.
Más de la tercera parte de nuestras angostas calles se han convertido en paraderos informales, al otro lado vendedores con triciclos mal estacionados se convierten en un punto más de desorden que le sacan la vuelta a la buena convivencia. Se le pregunta al candidato que busca llegar a un municipio distrital y provincial, hasta incluso al gobierno regional sobre sus planes de trabajo para mejorar nuestro medio de transporte, prefieren no hablar, si lo hacen prefieren hacerlo en voz baja o tratar el tema de manera general, con propuestas vacías usando siempre esta frase “vamos a mejorar el transporte en nuestra ciudad”, insistimos en preguntarle el cómo mejorar, y nos dice “vamos a construir un terminal terrestre”, como si todos estos vehículos menores van a ir a parar a estos terminales terrestres que supuestamente piensan construir, y ni saben cuánto va a costar. Ellos saben que aplicar una reforma total de nuestro transporte como lo vienen haciendo en Lima les va a costar los votos.
Mientras como sociedad civil no nos armamos de valor para hacerles frente a estos bárbaros de nuestra ciudad, seguiremos soportando esta situación que tal parece ha llegado al límite. Ahora entiendo la frase que alguna vez leí cuando subí a un medio de transporte lejos de estos lares: Por tu propia seguridad, jamás confíes en tus autoridades.
Fuente: Internet
 

lunes, 25 de agosto de 2014

Elogio a la lectura

Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth
Me aferré al poder de la lectura como única arma de desquite, como refugio a mis soledades eternas, como submarino que me lleve a las profundidades del mar a vivir fuera de estas leyes y normas imperfectas, como un mundo lleno de imaginaciones y abandonar este espacio de laberintos; me aferré tanto que en mis horas de profunda concentración siento que solo yo existo y que no soy de este lugar; y a veces salgo a la calle por un instante tan solo para comprar el diario del día.
Es cierto y no quiero engañarme, sin ella ya es imposible mi existencia, la prefiero más que a todos mis gustos, se ha convertido en un hábito que me ha dado muchos beneficios, que me ha ayudado a sobreponerme en mis días terribles de fracaso, de frustración, de desaliento, de insomnio; en fin, he vivido y vivo experiencias junto a personajes con quienes he viajado por lugares inimaginables, con quienes libré batallas cruentas, con quienes sufrí fracasos, lloré, amé, soñé, con quienes fui testigo de las injusticias y de lo inhumano que es el hombre; con quienes anduve ciego como en Ensayo sobre la ceguera de Saramago, con quienes pasé frío y peripecias en busca de los asesinos de personas de una comunidad como en Lituma en los andes de Vargas Llosa, con quienes tuve que descifrar misterios y sumergirme a las profundidades del infierno como en Inferno de Brown, con quienes me sumergí hacia las profundidades del océano dentro del submarino Nautilus y habitar en ello por más de diez meses  junto al capitán Nemo, donde mis instintos se ejercían libremente cansado de los desengaños terrestres como en Veinte mil leguas de viaje submarino de Verne. Gracias a la lectura pude viajar por aquellos lares agrestes junto a Don Quijote y Sacho Panza y ser testigo de sus innumerables aventuras como en El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Cervantes o estar en medio de la guerra desatada de la humanidad en contra de la invasión extraterrestre como en La guerra de los mundos de H. G. Wells; y podría seguir mencionando más vivencias de las cuales fui testigo y actor.
“La estupidez es una arma que tiene el sistema para hacer que la gente no piense ni se cuestione” dijo en una entrevista para un medio escrito el lingüista Marco Aurelio Denegri. Ahora comprendo que estupidez no es solo una, sino tiene sus niveles y el gran peligro es que es operativa como diría en una ocasión el filósofo Jean Paúl Sartre. También la estupidez radica en rechazar la lectura y no darle la debida importancia.
Es así que a veces no necesito aislarme para gozar de una verdadera lectura; lo hago mientras estoy en la combi camino a la universidad, mientras camino por las veredas rumbo a mi pensión, mientras el profesor impuntual se tarda en llegar para dictar clases, mientras viajo los fines de semana harto de la rutina, mientras decido desconectarme del ruido político que se convierten en una plaga en esta época electoral de mi país.

Finalmente llego a entender al capitán Nemo, quien decidió desconectarse por completo de este mundo terrenal y se fue a vivir para siempre a las profundidades del mar, luego de construir el mismo un submarino casi a finales del siglo XIX, rompiendo de esa manera todos los esquemas de su contexto, adelantándose a su época. A pesar de que el naturalista Aronnax, quien cayó en manos de su invento por el intento de cazar a un supuesto monstruo del mar, decidiera persuadirlo regresar a la tierra y publicar sus estudios y sus memorias, el capitán Nemo fiel a sus decisiones e ideales rechazó tal proposición. 

lunes, 7 de julio de 2014

Hasta luego, querido Gabo

Por Alejandro Alminco Ayala

Escribo estas líneas sin ceñirme a ningún guión direccionado, y sin usar alguna bibliografía. Me enfrento a esta hoja en blanco, con la mesa vacía, sin ningún recorte periodístico de la cual a veces solemos apoyarnos los que usamos las letras para expresarnos. Escribo estas líneas con el corazón muy sentido y lleno de pesar, con los ojos húmedos que es inevitable parar estas lágrimas. A penas prendí el televisor para ver el noticiero de las 10 de la noche del canal 4, la noticia de la muerte de uno de los escritores más grandes que revolucionó la literatura latinoamericano era la información exclusiva. El hombre que dio vida al realismo mágico nos había dejado. El literato que supo inmortalizarse al escribir su obra cumbre Cien años de soledad, que le dio tribuna para hacerse en 1982 del Premio Nobel de Literatura se había ido así como muchos otros que nos dejaron  un mes de abril, un mes bien llamado como el mes de las letras.
Soy consciente que es muy necesario aceptar este ciclo de vida a la cual todos estamos condenados, pero la muerte de alguien a quien se admira con el corazón y el alma causa un dolor insoportable difícil de aliviar. Lo he leído y seguido muy de cerca. He sido así como muchos en el mundo alguien que siempre estuvo atento a sus publicaciones. A sus declaraciones. A sus viajes. A todas esas cosas que como escritor siempre solía realizar.

Como olvidar aquellos momentos cuando en mis tiempos de soledades, tristezas y sueños por salir de este mundo imperfecto decidía zambullirme en sus libros como La Hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba, El amor en tiempos de cólera, Crónica de una muerte anunciada y otros más, con el fin de emprender un viaje largo por esas páginas llenas de imaginación que me alejaban del cansancio, el estrés y el ruido de las calles.

Ahora Gabo ya no está, ya no seguirá sorprendiéndonos con más historias de su mundo mágico.
Solo me queda observar su nombre y su rostro en algunos pocos libros que logré adquirir durante todo este tiempo. Ahora solo me toca repasar y sumergirme en las constantes vivencias que nos dejó como ejemplo, ya sea en el campo literario, periodístico y hasta en lo político. Una vida llena de humildad, lleno de sabiduría y con su siempre valentía de decir las cosas sin pelos en la lengua. Mi admiración fue y es tan inmensa que poco me importaron las críticas que muchos políticos e intelectuales solían hacer de él, por el tan solo hecho de mostrar su respaldo acérrimo al ex presidente cubano, Fidel Castro.

Gabriel García Márquez
Gabriel García Márquez, el querido Gabo, fue un intelectual a carta cabal que sabía cantar el vallenato de su país Colombia. Quien se convirtió en el segundo escritor más aclamado de la lengua castellana luego de Miguel Cervantes Saavedra, pero no fue un salto de la noche a la mañana; tuvo que luchar y hacerle frente al pesimismo y el fracaso. Hasta luego, querido Gabo.


Huánuco, 17 de abril del 2014



jueves, 26 de junio de 2014

MOVADEF, fachada de Sendero Luminoso (Parte 1)*

*Este artículo fue publicado a través del portal web mexicano REVOLUCIÓN TRES PUNTO CERO, para la cual actualmente soy colaborador...


Alejandro Alminco Ayala / @Nobelalmerth
Entre las décadas de 1980 y 1990 Perú vivió años de pánico ocasionados por Sendero Luminoso, grupo terrorista que con una supuesta lucha contra el sistema y en busca del socialismo, ejecutó y desapareció a miles de personas, mientras se asociaba con organizaciones delictivas  de México y Colombia para financiar sus operaciones, a través de la venta de hoja de coca y pasta base de cocaína; en tan desolador escenario nació y se desarrolló Alejandro Alminco Ayala, quien fue un testimonio fiel de los estragos (desde su niñez) causados por el narcotráfico, el terrorismo y el autoritarismo de las fuerzas armadas. En esta primera entrega a Revista Hashtag, Alminco Ayala -quien hoy ejerce como periodista en Perú- explica el contexto sobre la facción político-subversiva MOVADEF surgida en noviembre de 2009

Lima, Perú.- Era la madrugada del 17 de mayo de 1980 cuando un grupo de encapuchados ingresó a la oficina del Registro Electoral y quemó once ánforas electorales en la localidad de Chuschi, departamento de Ayacucho, Perú; esto fue en vísperas de las elecciones nacionales para elegir a un nuevo presidente de la república. Ahí fue el punto de inicio de la acción armada y violenta del grupo terrorista que inicialmente se autoproclamó como Partido Comunista del Perú – Por el Luminoso Sendero de Mariátegui, cuyo líder era el profesor universitario Abimael Guzmán Reynoso, a quien denominaban Presidente Gonzalo. Esta organización posteriormente fue denominada Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso (PCP-SL).

Con base en los cálculos realizados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, se estima que la cifra total de víctimas fatales provocadas por el PCP-SL asciende a 31 mil 331 personas, muertes causadas en su afán de implantar la ideología marxista-leninista-maoísta así como el Pensamiento Gonzalo. A partir de ese momento se inició una lucha armada en contra de las fuerzas policiales, jueces, alcaldes, gobernadores y todo orden burocrático. Pero no sólo los mencionados perdieron la vida durante los 20 años de violencia que el Perú vivió, sino que, durante la agudización de la crisis extrema, se produjo la ofensiva subversiva y la contraofensiva estatal, donde perdieron la vida muchos campesinos de las zonas rurales, periodistas, docentes, alumnos universitarios y líderes políticos; quienes fueron asesinados y desaparecidos por oponerse al surgimiento de esta organización.
El declive de la acción terrorista se da luego de la captura de su máximo líder de la organización subversiva PCP-SL, Abimael Guzmán Reynoso, el 12 de septiembre de 1992, quien luego fue sentenciado a cadena perpetua. Anterior a esta captura, también habían sido aprehendidos y sentenciados a penas máximas de 25 años de prisión otros cabecillas que lideraban las filas terroristas. A pesar de ello, la violencia que el Perú soportó, tuvo su final en el año 2000, con la caída del ex presidente Alberto Fujimori Fujimori, y que años después también fue sentenciado a 25 años de prisión por violación a los derechos humanos durante la lucha contra Sendero Luminoso.
El surgimiento del MOVADEF
Según los 10 tomos –consultados por este reportero– que tiene el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, cuya información contiene testimonios de personas que han sido víctimas de este acontecimiento que marcó la historia del Perú, se pudo conocer a profundidad cuan cruenta e inhumana fueron las acciones armadas de Sendero Luminoso y de la Fuerzas Armadas, que en su afán de combatirlos, han cometido delitos en contra de los derechos de las personas que nada tenían que ver con esta lucha.
Y lejos de este informe y de la descripción del nivel de violencia, aún los fantasmas de este grupo terrorista rondan e intentan truncar a la joven democracia que gobierna al Perú. Ahora ya no con el nombre de Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, sino como Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF), fundado el 20 de noviembre del 2009, bajo el principio del marxismo-leninismo-maoísmo-Pensamiento Gonzalo, cuyo planteamiento es la amnistía general para los miembros de SL, entre ellos su líder máximo, Abimael Guzmán. Cabe resaltar, este grupo intentó inscribirse sigilosamente durante 2011 como partido político ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), máximo organismo a cargo de la inscripción de los partidos políticos que desean participar en la vida democrática del Perú. Las alarmas no se hubieran encendido si este movimiento no considerara el Pensamiento Gonzalo como idea y fundamento ideológico de esta agrupación. Y lo que más llamó la atención fue que los principales promotores estaban detrás de la inscripción del MOVADEF. Son personas que alguna vez habían sido sentenciados por terrorismo y que luego de cumplir la sentencia iniciaron con el adoctrinamiento de jóvenes que no sobrepasaban los 24 años; asimismo, éstos no vivieron las épocas difíciles que el Perú tuvo que pasar en los años 80 y 90, periodos de terror que vivió el autor de este texto.
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El Pensamiento Gonzalo representa a una de las facciones más viles de la historia peruana, que los grupos subversivos de ese entonces intentaron implantar en el Perú, a su paso dejaron miles de muertes de la cual el Perú aún no logra superarse. El mismo Abimael Guzmán Reynoso (Presidente Gonzalo), dijo en el año de 1988 durante una entrevista a un medio escrito de ese entonces llamado El Diario, que: “En síntesis, el Pensamiento Gonzalo no es sino la aplicación del marxismo-leninismo-maoísmo a nuestra realidad concreta; esto nos lleva a que específicamente es principal para nuestro Partido, para la guerra popular y para la revolución en nuestro país, subrayo específicamente principal. Pero, para nosotros, viendo la ideología en términos universales lo principal es el maoísmo reiterándolo una vez más”. En esos tiempos el Perú no vivía una guerra, ni estuvo en busca de su independencia; sino que el Perú estaba esforzándose por alcanzar la anhelada democracia, sin embargo, el “Presidente Gonzalo” llamó guerra popular a sus aspiraciones por llegar al poder, produciéndose una carnicería a nivel nacional.
Pocos sabían de las intenciones de un grupo que aún embanderaba de este tipo de pensamiento en el Perú. Se hacían llamar de izquierda y utilizaban como excusa la petición de amnistía general para todos los encarcelados por delitos de terrorismo, genocidio y violación a los derechos humanos; entre los cuales se encuentran los máximos líderes de la agrupación terrorista Sendero Luminoso, así como policías y políticos vinculados al mismo; después hicieron creer a los familiares de los prisioneros que reclamando la amnistía general todos saldrían en libertad, limpios de polvo y paja; inclusive, el ex dictador de los años 90, Alberto Fujimori Fujimori.  También, han salido a las calles a decir que los actuales terroristas encarcelados son prisioneros de guerra, por tanto, precisan, se les debería conceder la amnistía general, ya que las víctimas de las épocas de violencia habían caído en el fuego cruzado porque el Perú vivía una guerra interna y no a manos de Sendero Luminoso.
El argumento anterior era una excusa sin pruebas para que el Estado peruano dejara libre al genocida Abimael Guzmán, su máximo líder, ya que tal guerra interna, como ellos dicen que hubo, jamás existió en el Perú durante esos años. Y al no tener otro camino para lograr sus objetivos, decidieron crear el Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF), e inscribirlo como partido político para participar en las elecciones distritales, municipales y regionales; incluso en la generales, para que cuando llegaran al poder pusieran en libertad a los presos por terrorismo y subversión, pero no se percataron en algo muy fundamental: Los peruanos -incluyendo al autor de este texto que fue testigo directo de las épocas más viles- no olvidarán la violencia vivida en los años 80 y 90. Cometieron el error de camuflar el marxismo-leninismo-maoísmo-Pensamiento Gonzalo como línea ideológica en su estatuto; tal cual lo hacía Sendero Luminoso.
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Luego de haber sido rechazada la inscripción del MOVADEF como partido político por el Jurado Nacional de Elecciones, el 20 de enero del año 2012 deciden salir a la luz mediante una conferencia de prensa para denunciar los supuestos atropellos que ellos estarían viviendo porque se les negó la participación en la vida política del Perú y el derecho a la libertad de pensamiento.
Durante esa conferencia de prensa, el subsecretario del MOVADEF, Alfredo Crespo dijo lo siguiente: “¿Acaso los marxistas-leninistas-maoístas-pensamiento Gonzalo no tienen derecho a participar en la vida política del país? (…), pensamos que sí, desde que nuestro país se define como una república democrática, desde que nuestro país señala que el poder nace del pueblo, es el pueblo el que en las urnas decidirá, por eso consideramos que contra nosotros hay persecución por razón de ideas, eso es lo que se está dando, persecución por razón de ideas que nosotros denunciamos y que no vamos a permitir que se  nos excluyan de este derecho fundamental que como ciudadanos nos corresponde, derecho que se encuentra estampado en la Constitución Política del Perú, y que es producto de la lucha de nuestro pueblo (…)”.
Y cuando una periodista le hizo una pregunta sobre lo que dice el Registro de Agrupaciones Políticas del Jurado Nacional de Elecciones, que el Pensamiento Gonzalo atenta contra el principio democrático, Crespo respondió: “Para nosotros el Pensamiento Gonzalo hoy es democratización de la sociedad peruana, es solución política, amnistía general, reconciliación nacional; Pensamiento Gonzalo para nosotros es amnistía general para civiles, militares y policías; Pensamiento Gonzalo para nosotros hoy es que nuestro pueblo necesita una nueva Constitución producto de una Asamblea Constituyente que establezca los derechos fundamentales del pueblo (…)”.
A pesar de los cuestionamientos hechos por parte de autoridades y sociedad civil, el MOVADEF se niega tajantemente a dejar de lado el Pensamiento Gonzalo. Manuel Fajardo, secretario General del MOVADEF dijo al respecto: “Nosotros tenemos por norma y principio decir la verdad y planteamos Pensamiento Gonzalo porque es la aplicación del marxismo-leninismo-maoísmo en las condiciones reales y actuales del Perú – tal cual lo dijo en una oportunidad Abimael Guzmán (…)  todo está bien claro, no vamos a renunciar a nuestro pensamiento por estigmatizaciones que provienen de la prensa o de los sectores más reaccionarios (…)”. Y sin más remordimientos por los hechos violentos que causó el terrorismo dijo lo siguiente: “Nosotros respetamos el dolor de quienes fueron afectados por la guerra subversiva, también debería respetarse el dolor de quienes fueron afectados por la guerra contrasubversiva, hay 6000 fosas que aún están cerradas y eso no es hechura de la guerra subversiva. Ha pasado el tiempo y debe de resolverse porque hasta el momento tenemos miles de desaparecidos, familiares desaparecidos, expatriado, tenemos prisioneros políticos (…)”.
Para el MOVADEF,  el genocida Abimael Guzmán y líder de Sendero Luminoso durante los años 80 y 90, no es un terrorista encarcelado, sino un simple prisionero político. Y ensalzan este argumento: que en el Perú no hubo terrorismo, sino una guerra interna. Sin embargo, el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) indica que el Pensamiento Gonzalo representaba la “línea y estrategia” del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso (PPC-SL) y que así lo llamaban sus mismos miembros, que consideraban a Guzmán la “cuarta espada del marxismo”, después de Karl Marx, Vladimir Ilich Lenin y a Mao Zedong.
Con esa ideología, Sendero fue “el principal perpetrador de crímenes y violaciones a los derechos humanos” y “no tenía respeto a la vida”, según el informe. Este señala además a Abimael Guzmán como el “principal responsable de los crímenes y masacres perpetrados”, que causaron miles de muertes entre 1980 y 2000.

 http://revoluciontrespuntocero.com/movadef-fachada-de-sendero-luminoso-parte-1/

miércoles, 25 de junio de 2014

El Inferno de Dan Brown

Por Alejandro Alminco Ayala

“El profesor de simbología Robert Langdon se despierta en un hospital en mitad de la noche, desorientado y con una herida en la cabeza. No recuerda nada de las últimas treinta y seis horas. Ni cómo ha llegado hasta allí, ni el origen del macabro objeto que los médicos descubren entre sus pertenencias. (…)”. Este texto corresponde literalmente al extracto del párrafo que se encuentra en la contratapa del libro “Inferno”, la sexta novela publicada a mediados del año pasado por el polémico escritor estadounidense Dan Brown (Exeter, 1964), hijo de Richard G. Brown, un matemático ganador de varios premios científicos, y Constance, una organista de iglesia episcopal.
Dan Brown aparece en el terreno literario con su primera publicación titulado “La fortaleza digital” (1998), luego de varios intentos por convertirse en una estrella del pop, en la que fracasó estrepitosamente luego de haber grabado tres álbumes que no tuvieron la trascendencia esperada por el autor. Ya desde la aparición de su primera novela, Dan Brown fue presa fácil de los críticos que rechazaban al libro por tener errores en la información que vertía mediante su obra; una mezcla de ficción con la realidad. Posteriormente aparece su libro “La conspiración” (2001), con la cual el éxito empezaría a pisarle los talones, ya que ese libro había alcanzado la lista de los más vendidos durante ese tiempo. Pero dos años más tarde, con la publicación de “El código Da Vinci” (2003), Dan Brown lo que no pudo alcanzar con la música logra la fama mundial en el campo literario, gracias a la venta arrasadora de dicho libro que fue  traducida a más de 40 idiomas aproximadamente y superó la cifra de 70 millones de ejemplares vendidos en todos los países. Y que incluso en el 2006 la novela fue llevada al cine para beneplácito de los millones de lectores que había cautivado la trama protagonizado por Robert Langdon, el personaje inventado por Dan Brown que aparecería por vez primera en su libro “Ángeles y demonios” (2000) y que para muchos críticos se trataría del alter ego del escritor.
Como muestra de imponerse como uno de los escritores más populares de thrillers en el mundo, seis años después, Dan Brown logra publicar su libro “El símbolo perdido” (2009) que tampoco se salvaría de la apabullante crítica aún así por ser una de las obras menos populares. Algunos especialistas en simbología, arte, ciencia y religión; siempre tuvieron que escribir a raíz de cada publicación de este escritor estadounidense, debido a que de una y otra manera Brown intentó hacer que sus ficciones se conviertan en realidad. Siempre tuvo ese afán de mezclar la ciencia con la religión a través de símbolos causando furor en los especialistas, quienes decían que Dan Brown caía en graves errores históricos al momento de citar fechas, lugares o contextos en la cual pueda haber suscitado un determinado acontecimiento, mientras la respuesta de Brown a sus detractores no se haría esperar y diría lo siguiente: “Escribo por placer y los críticos tienen gustos distintos a los míos, así que nada puedo hacer". Incluso el reconocido escritor italiano Umberto Eco, fue un feroz detractor de Dan Brown, que al final, debido a la arrolladora popularidad de las obras de Brown, en una entrevista con la prestigiosa revista Paris Review, confesó cuando el entrevistador le preguntó que si había leído El código Da Vinci, a lo que Umberto Eco dijo: “Sí, soy culpable de haberlo hecho.”
En medio de tanta crítica y el escaso aumento de sus detractores, Dan Brown nos hace entrega de su sexta novela titulado “Inferno”, que pone en escena por cuarta vez a su personaje favorito, al tímido catedrático de simbología de Harvard Robert Langdon, inspirado en “La Divina Comedia” de Dante Alighieri. Los hechos se suscitan en el centro de Italia, Florencia, Venecia y Estambul; donde Robert Langdon se ve arrastrado a un mundo lleno de terror muy ligado a una de las obras de mayor trascendencia de la Literatura más importante, universal y misteriosa de la Historia: el Infierno de Dante. Así Langdon se enfrenta cara a cara con un adversario calculador y frio, con quien debe lidiar con un acertijo ingenioso en un espacio de arte clásico, y durante este proceso descubre pasadizos secretos y es empujado a ser testigo del surgimiento de una ciencia futurista que está a punto de cambiar el rumbo de la humanidad. Buscando ayuda en el temible y revelador poema épico de Dante, Langdon, se enfrenta al reloj en busca de respuestas y personas de confiar antes de que el mundo entero cambie para siempre.
Con esta obra, Dan Brown, aunque lo nieguen los críticos, se convierte en uno de los escritores que impulsó a que más personas se interesen por la temida obra literaria de Dante Alighieri, dándole un valor histórico y religioso e incitándonos a seguir descubriendo los símbolos que cada palabra contiene “La Divina Comedia”.
Portada del libro original de Inferno

lunes, 16 de junio de 2014

Gabo, el poder y la literatura*

Gabo, el poder y la literatura*
Al margen de sus simpatías personales, que le llevaron a anudar lazos de amistad con Fidel Castro, García Márquez sentía una apasionada curiosidad por el poder y una fascinación literaria por quienes lo ejercían.

— ¿No ves el séquito? Como el de los emperadores romanos.
Gabo señaló con la mano la polvareda que levantaba la comitiva, allí a lo lejos, a kilómetros de distancia de donde estábamos. Nos habíamos perdido en el camino a Tipitapa, en el departamento nicaragüense de Malacatoya, y caía sobre nosotros un sol de justicia aquel mes de enero de 1985. Durante casi media hora aguardamos junto al automóvil a que surgiera alguna señal o llegara alguien que nos indicara la senda. Hasta que finalmente, como en el poema de Rubén, vimos llegar, oro y hierro, el cortejo de los paladines. Más hierro que oro, a decir verdad. Le perseguimos para incorporarnos a él y desembarcar así a la vez que Fidel Castro en el ingenio azucarero que el líder cubano iba a inaugurar.
“Como los emperadores romanos”. Comprendí de inmediato la fascinación de García Márquez por el poder y se me quedó grabada esa imagen para siempre. “A ti lo que te pasa es que te gustan los dictadores”, le había dicho un día Omar Torrijos, quizás el gobernante con el que más afinidades y complicidades estableció. Pero al margen sus simpatías personales, que le llevaron a anudar lazos de amistad con Fidel Castro, como no dejaron de recordarle en vida, pero también con Bill Clinton o con Felipe González, Gabo, al igual que tantos otros escritores ilustres, sentía una apasionada curiosidad por el poder en ejercicio, fruto del compromiso político que desde muy joven había adoptado, y que mantuvo hasta el final.
Un día me llamó por teléfono y me pidió que le presentara a Adolfo Suárez, ya retirado de la vida pública. “Felipe me dice que es un personaje interesante”. “¿Quieres también conocer a Aznar? — le pregunté—, al fin y al cabo es el actual presidente del Gobierno”. “De ninguna manera —se apresuró a responder—, no me interesa. Ya me lo ofreció Clinton, después de que cenáramos en Martha’s Vineyard. Y me negué: ¿Sabes cómo le dije? I don’t like him. Para que lo tuviera claro”.
Con Adolfo Suárez hablábamos solo de política, el expresidente no parecía interesado en ninguna otra cosa
Quedamos con Adolfo a almorzar y él llegó al restaurante antes que nosotros. Cuando hice las presentaciones en medio de las disculpas por el retraso, le comenté: “Aquí tienes al autor de Cien años de Soledad, el Quijote del siglo XX”. “Te equivocas —me interrumpió el Nobel—, ese es el libro que va a aparecer dentro de unos meses”. Hablaba de El amor en los tiempos del cólera. Con Suárez establecimos un rito según el cual a cada visita de García Márquez a Madrid, comeríamos juntos los tres. Lo cumplimos reiteradas veces. Hablábamos solo de política, pues el expresidente no parecía interesado en ninguna otra cosa, y hablar de política es siempre hablar del poder: la ambición por conquistarlo, la manera de ejercerlo, el fracaso de perderlo.
Fue por lo mismo Gabo quien me recomendó la lectura de la biografía de Juan Pablo II, Su Santidad, escrita por Marco Politi: te apasionará, es un libro sobre el poder, me dio como toda explicación. De aquellas charlas, de tantas otras como mantuvimos, de la inevitable experiencia propia, llegué a la conclusión de que en realidad no es tanto que los gobernantes alcancen el poder como que este se adueña precisamente de ellos. Aunque en el caso de los emperadores romanos parecía diferente: gobernaban, guerreaban, administraban y se entregaban a los placeres de la vida todo a la vez. El imperio viajaba con ellos, lo mismo que la revolución lo hacía con Fidel Castro aquel mediodía ardiente de 1985.
Gabo se desternillaba de risa cuando Torrijos le puso de relieve su atracción por los dictadores, “pero por lo menos que sean de izquierdas”, se dijo a sí mismo. Para los de derechas escribió su anatema en El otoño del patriarca, inspirado en la figura execrable del venezolano Pérez Jiménez. Al fin y al cabo, todos o casi todos los escritores del boom latinoamericano tienen su propio libro sobre un déspota de su elección. La vecindad con los protagonistas del poder, con los personajes más que con sus políticas, es una constante en la biografía de muchos grandes escritores. La literatura misma es también una forma de poder, muchas veces más decisiva y demoledora que cualquier otra. El pulso entre Quevedo y Olivares dio con los huesos del primero en prisión, pero la influencia sobre la vida española del escritor ha sido históricamente mucho más relevante que la del Conde Duque.
Literatura y poder han ido con inusual frecuencia de la mano desde que reyes y emperadores ejercieran el mecenazgo y vates y poetas se dedicaran, a cambio, a ensalzar sus figuras. Lenin describió a los periódicos como los mejores agitadores u organizadores políticos que pudiera imaginarse y para nuestros contemporáneos el compromiso político o el servicio a su país han resultado siempre excusa o razón que justificaran el maridaje entre ambos mundos. En América Latina no es preciso remontarse a los ejemplos de Martí, Miranda, Bello, Sarmiento y tantos otros. Octavio Paz y Carlos Fuentes fueron embajadores, Vargas Llosa concurrió sin éxito a unas elecciones democráticas y el propio García Márquez se vio tentado, siquiera brevemente, de encabezar una coalición de izquierdas en Colombia.
Casi todos los escritores del ‘boom’ latinoamericano tienen su propio libro sobre un déspota de su elección
Pero Gabo no necesitaba de otros oropeles que los de su ingenio para influir en la sociedad que le rodeaba. Belisario Betancur, otro literato metido a gobernante, tuvo que explicarle a Reagan siendo ambos presidentes de sus países que García Márquez era un auténtico héroe nacional y que las dificultades que entonces arrostraba para obtener un visado de entrada en Estados Unidos suponían una afrenta para todos los colombianos. No hay probablemente en toda la historia de Colombia nadie que haya recibido un reconocimiento tan explícito como él.
Los pueblos necesitan algún tipo de épica que los movilice, incluso si se trata de una épica de la destrucción. Los creadores y artistas son los encargados de construirla. García Márquez, junto con los escritores del boom, fue el responsable en gran medida de que los ojos del mundo volcaran su atención en la década de los setenta sobre las venas abiertas de América Latina, para usar las palabras de Eduardo Galeano. Gabo explicó muchas veces que su amistad con Fidel comenzó precisamente por “la convicción de que hay un camino latinoamericano que se puede encontrar. Castro abrió una gran brecha en ese sentido”. Luego las afirmaciones políticas, los acuerdos y las discrepancias dieron paso a una relación personal estrecha. García Márquez lo relataría así: “Dicen que soy un mafioso porque mi sentido de la amistad es tal que resulta un poco el de los gánsteres; por un lado mis amigos y por otro el resto del mundo. La fama da acceso prácticamente a la posibilidad de toda clase de amistades y los jefes de Estado no se escapan. Con unos quedan los lazos y con otros no. La amistad se establece por ciertas afinidades humanas o literarias. En Cuba encontré una conciencia de los problemas latinoamericanos, de la necesidad de una unidad de acción en América Latina. Luego desarrollé mi amistad con Fidel Castro que siguió otro rumbo, inclusive divergente del político: donde empiezan los desacuerdos de ese género comienza otro tipo de afinidades humanas y de comprensión de la situación cubana”.
El recordatorio de esta explicación, que me hizo en su día para que se publicara, es más que pertinente en las horas que corren, cuando permanece el duelo por su pérdida y las gentes se interrogan por cómo fue en verdad su vida. Pero hoy no puedo dejar de pensar, evocando la imagen de la campiña nicaragüense y las nubes de polvo levantadas por el cortejo oficial de los rebeldes, que a la postre era sobre todo la fascinación literaria del poder lo que justificaba las relaciones de Gabo con quienes lo ejercían. Como redivivos emperadores de la antigua Roma.
*Juan Luis Cebrián es presidente de EL PAÍS y miembro de la Real Academia Española.