lunes, 24 de noviembre de 2014

Yo decido qué hacer con mi voto

Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth
A menudo me preguntan que por quién voy a votar en esta forzada segunda vuelta electoral que se desarrollará este domingo siete de diciembre, donde se elegirá al nuevo o al mismo presidente regional que gobernará el departamento de Huánuco del 2015 al 2018. Y es necesario recordarles al nuevo postulante y a aquel que busca reelegirse, que a partir del 2015 ya no existirá la reelección en las futuras contiendas electorales, una norma de la no reelección de gobiernos regionales y locales aprobada por el Congreso de la República, en su desesperación de poner fin a la corrupción en estos órganos del estado. Pero según la opinión de muchos especialistas que con esta norma los gobiernos regionales y locales que inicien su gestión se apresurarán en robarse el dinero de la arcas del estado por el corto tiempo que gobernarán – tan solo cuatro años –. En fin, esta norma no mermará en nada la corrupción indignante institucionalizada en varios organismos de estado en estos últimos tiempos con más descaro.
Es normal que la gente o los amigos anden preguntado y comentado sobre este tema, pero a veces cansa oír el nombre de estos candidatos que según dicen por ahí que representan el cáncer y el sida, por quienes dentro de dos semanas iremos a las urnas a emitir un voto.
El que va a su última reelección embandera el lema “Por más obras”, una frase vacía y contradictoria; ya que durante su gobierno, que llega a su fin este 31 de diciembre, y que puede continuar, ha dejado tantas obras abandonadas e inconclusas en las zonas cercanas y más alejadas de nuestro departamento, algunas con presupuestos totalmente agotadas y obras avanzadas solo al 40 por ciento, un claro reflejo de la tremenda corrupción ¿de qué más obras habla? Y el nuevo postulante lleva como lema “Vota por el cambio”, esta frase es una alegoría y un presagio a la trepidante corrupción en la cual estará envuelto su gobierno si logra ganar estas elecciones, debido a que está rodeado de gente maquiavélica y totalmente cuestionada.  Y que la ejecución de las obras, según hablan las lenguas por ahí, ya estarían negociadas (si el río suena es porque piedras lleva).
Si recordamos las elecciones del pasado 5 de octubre, según la no tan creíble boca de urna de los medios de comunicación y algunas encuestadoras, el nuevo postulante era el virtual ganador para la presidencia regional de Huánuco con un 34.5% aproximadamente, y el que va a su última reelección obtuvo 18.5 %. De hecho, el nuevo postulante empezó a festejar por todo lo alto, pensando haberse adueñado del sillón del gobierno regional por cuatro años, y que si hubo algún margen de error en la boca de urna, solo pensaron que bajaría unos puntos, creían haber superado el 30 %, que es requisito básico para declararse ganador. Incluso, empezaron a repartir los puestos de trabajo como premio a todos aquellos que trabajaron arduamente durante la campaña. Pero al pasar los días la realidad se tornaba diferente, iba perdiendo votos, mientras la oficina del Organismo Nacional de Procesos Electorales (ONPE) tardaba en entregar el conteo de los votos al 100 %. El rasgo de desesperación se notó clarísimo del nuevo postulante, cuando al día siguiente de las elecciones salieron a las calles en conjunto con sus seguidores a denunciar fraude electoral, mientras el que iba a la reelección, esperaba paciente en su búnker y observaba sigiloso cómo los votos del nuevo postulante iba cediendo hasta quedar en el 29.90 % y de esta manera quedó postergado el sueño de la victoria del nuevo postulante.
Yo ya tengo una posición clara para este siete de diciembre, y ya decidí qué hacer con mi voto, aunque no sé si me daré ese tiempo de ir a votar. La decisión que tomé es no dar mi voto a ninguno de estos candidatos por dos razones: la primera es que no creo en el nuevo candidato, no creo en sus gestos, no creo en su mirada, ni en el fingido argumento que suelta cada vez que se para frente a sus seguidores y no seguidores, no creo en la gente que le rodea – separo de este argumento a su vicepresidenta y al electo primer regidor de la Municipalidad Provincial de Huánuco, quienes si contagian confianza – no creo ni en su forma de caminar ni en lo pobrecito que dice ser, ni en su supuesta capacidad para hacer obras disque por ser ingeniero; en fin no creo ni en su propuesta de contratar a Comunicadores Sociales para cada oficina descentralizada del gobierno regional del interior del departamento. Con todos estos argumentos, no quiero extender este texto mencionado que por qué no votaría por el que va a su última reelección, lo único que diría es que no merece regresar al gobierno regional ya que intenta utilizar nuestra débil democracia para legitimar la corrupción en ese organismo del estado. La segunda razón por la cual tomé esta decisión de no votar por ninguno de los dos, es que con el tipo de plan de trabajo que dicen haber formulado de acuerdo a la realidad del departamento, no lograrán poner los cimientos para el desarrollo en conjunto y sostenible de nuestra región. En educación seguiremos siendo el penúltimo en comprensión lectora, en salud seguiremos mirando como ese hospital regional se cae en pedazos a pesar de que hace cuatro años ya existe un presupuesto para su nueva construcción, en medio ambiente los mineros ilegales e informales seguirán depredando los bosques y contaminado los ríos y suelos de la provincia de Leoncio Prado y Puerto Inca, en agricultura seguiremos siendo los últimos y los agricultores seguirán produciendo solo para subsistir, en seguridad ciudadana seguirá en aumento el sicariato y el robo a mano armado, en medios viales de transporte terrestre las carreteras seguirán en pésimo estado en la cual actualmente se encuentran. Nada cambiará, ni la galopante corrupción mermará, al contrario seguirá en aumento.
Pero qué se puede hacer, uno de ellos será el ganador, y Huánuco seguirá observando como un grupo de personas hambrientas de dinero convierte en un festín por cuatro años más el Gobierno Regional.

Finalmente, este domingo siete de diciembre, no solo en el departamento de Huánuco se realizará  este segundo acto electoral, sino en catorce departamentos y dos provincias de nuestro país.
Fuente: Internet

lunes, 10 de noviembre de 2014

Leer para resucitar

Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth

Mi madre me contó un día, que cuando apenas tenía nueve meses de nacido y estuve aprendiendo a dar mis primeros gateos, ella una tarde de esos me había dejado en la cama y cuando regresó luego de un par de minutos ya no estuve en ella. Desesperada empezó a buscarme por cada rincón de la pequeña habitación,  cuando ya estuvo a punto de derramar unas lágrimas por el susto echó una mirada debajo de la cama y ahí estuve yo, tan quieto en una esquina con un pequeño libro jugando como si nada hubiera pasado, como si en mi tremenda ingenuidad tratara de descubrir lo que las letras de esos libros decían.
Fue la primera vez que mi madre me había comentado ese hecho, un hecho que solo ella sabía y que tal vez guardó el secreto celosamente presintiendo en lo que un día yo me convertiría.
He pensado muy bien antes de escribir este texto. Pensé un poco en lo que dirán, empezando por el título de vanaglorioso, soberbio, orgulloso, jactancioso, alabancioso, petulante, presumido, vanidoso, pedante, pretencioso, fatuo, ensoberbecido inmodesto, altivo, etc., etc., y etc. En fin, con el respeto que muchos se merecen, no escribo pensando en cuantos me van a leer, ni es mi preocupación influir en tal o cual persona, tan solo escribo porque es el placer más grande que me da vida como el mismísimo acto de leer para resucitar.
Desde aquella vez que mi madre me descubrió bajo la cama con un libro en mano, cuando aún ni siquiera mis balbuceos eran interpretados, entiendo que ella ya estaba advertido hacia donde apuntaba mi comportamiento.
Cuando apenas aprendí a leer a los cinco años, recuerdo muy bien que me refugiaba en las páginas de cada libro que caía en mis manos, haciendo oído sordo a la violencia política de ese entonces. Así acabé la primaria en compañía de tantos libros. Lo mismo pasó cuando acabé la secundaria en el mismo colegio; ahora que estoy a punto de culminar la universidad no he dejado esa costumbre, más que una costumbre, esto se convirtió en un hábito desenfrenado que en mis momentos de sequía me vuelve a la vida.
En todo este tiempo he construido mi propio imperio de libros que me gobiernan. Empezando de autores universales, pasando por autores nacionales y llegando hasta autores locales. Invertí cada moneda que llegaba a mis manos tan solo para darme el gusto de leer cada día más. Llegué hasta el punto de privarme de tantas cosas que alguien de mi edad hubiera querido tener. Ni ser forastero en esta ciudad bulliciosa hizo que renunciara a seguir comprando más libros, sin importar el costo que debía pagar. A veces para llenar el estómago de algo digno tuve y aún tengo que recurrir a terceras personas o en el peor de los casos siempre enfrento al hambre con una carta bajo la manga: entrar a mi cuarto y sacrificar unas monedas para el pan y el café. Y de eso mi madre es consciente, a pesar de sus limitaciones económicas jamás me dejó desamparado. Pero a veces llego al grado de hacer penitencia para pagar la pensión donde vivo, donde mi adicción a la lectura se materializa, donde descansan mis libros muy cómodamente sin reclamarme nada. En el silencio de mi soledad son ellos quienes me hacen compañía y tratan de llenar ese vacío que sufro al no tener cerca a mi madre, ni  a mis abuelos.

La última locura que cometí recientemente fue leer en tan solo dos horas la cuarta edición del libro Pecos Bill y otros recuerdos de Mario Malpartida Besada, un texto de 95 páginas que compré recientemente en la feria de libro. Cuando inicié con ese “Mal viento otra vez”, era las diez y media de la noche; y cuando llegué a “Los colores de la vida”, ya era doce y media de la madrugada. Y recién pude conciliar el sueño. Era la segunda vez que leía el libro después de haber leído la primera edición hace unos años atrás, pero fue en la segunda que le agarré el gusto. Y logré entender lo cabos sueltos que me había dejado la primera lectura.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Cinco días de literatura en Huánuco


Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth
Cuando se abrió el telón para dar paso a la inauguración del inicio de la V Feria de Libro – Huánuco 2014, el pasado lunes 27 de octubre, muchos ahí de los presentes con las copas levantadas durante el brindis imaginábamos de lo que sería esos cinco días que duró el evento cultural más grandes de nuestra región. Sin duda, se convirtió en el refugio de muchos aquellos que creemos en el inmenso poder de la literatura y el valor de los libros. La trascendencia que iba marcando cada una de las actividades programadas para este evento ha sido pieza clave para saciar la sed de los voraces lectores entre chicos y grandes, quienes iban llegando para tener la oportunidad de tener cerca o interactuar con sus escritores favoritos. Estas actividades que de una y otra forma se han convertido en el pilar de esta V Feria de Libro, que se viene desarrollando ininterrumpidamente desde el año 2009.
Es cierto, el oficio de escribir para que otros te puedan leer exige mucha responsabilidad. A veces puede durar horas, días o meses de encierro abandonado en esa soledad inhóspita, esa soledad que te ayuda a descubrirte o descubrir la historia que a veces te quita el sueño y convierte tus horas de insomnio en lecturas. Para los que alguna vez hemos experimentado el sufrimiento a la hora de parir una historia, durante el desarrollo de la V Feria de Libro, pudimos observar en cada gesto del narrador o poeta que subía al escenario para presentar a ese público diverso su creación literaria hacer grandes esfuerzos para explicar en torno a qué gira la historia que les costó sudor y cansancio recrearlo o en qué estado anímico escribió tal poema.
Foto: Alejandro Alminco A

Entonces ahora podemos entender en qué momentos se han logrado escribir cada uno de los libros que habían sido traídos a esta V Feria de Libro y que podíamos ver y adquirir cada vez que nos aprestábamos a salir al patio central del Museo Regional Leoncio Prado, escenario de esta fiesta cultural. Era inevitable no acercarse a cualquiera de las más de once mesas instaladas, donde libros de diversos autores esperaban a algún voraz lector.
No cabe duda que la presencia de escritores de renombre con toda la colección de sus libros publicados, han sido fundamental para la atracción de los asistentes. Escritores como Mario Malpartida Besada, Samuel Cárdich Ampudia, Jacobo Ramírez Mays, Andrés Jara Maylle, Luis Hernán Mozombite, Juan Giles Robles, Gino Damas Espinoza, Jack Flores Vega, Edgar Norabuena Figueroa, Jorge Ureta Sandoval, Cromwell Jara, Elí Leyva Echevarría, Roy Davatoc, Elí Caruzo García, Alex Mejía, Isaac Espinoza Padilla, entre otros; quienes con su parecencia y sus historias han dado realce a esta V Feria de Libro. Y si empezara agradeciendo a cada uno de ellos, esta página se haría más inmensa y empezaría a aburrir creo yo a los que van a tener la oportunidad de leerlo. Simplemente me atrevo a decir gracias a Mario Malpartida por Pecos Billl y Otros recuerdos, Ciudad de Agosto, Ajuste de Cuentos, entre otros; a Samuel Cárdich por Blanco de Hospital (traducido al portugués), La mella del tiempo, tres historias de amor, El desfile de los años Baldíos (presentado el cuarto día de la V Feria de Libro), entre otros; a Jack Flores Vegas por Lecciones para un suicida; a Juan Giles por Cuentos Agujeros negros; a Elí Caruzo por El mejorero y otros cuentos; a Jacobo Ramírez por su poemario Juguetes Perdidos, etc.…etc.…

Ahora que pasó la V Feria de libro de Huánuco, se empieza a extrañar el aroma de lo que significa ver tantos libros en la mesa esperándonos tan quieto como siempre, pero por dentro llenos de misterio.
Presentación del libro El desfile de los años baldíos de Samuel Cárdich A.
Foto: Alejandro Alminco A.