Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth
No jodan, ni mientan con esa
frase “Huánuco está de moda”. Huánuco es un mundo de transportistas cabrones,
malcriados, desordenados en el sentido más elevado de la palabra, mal educados,
inclementes, mal aseados, incluso en el peor de los casos algunos son ladrones.
Esos es Huánuco por ahora señores; y no se hagan ilusiones de que es la ciudad
de El Mejor Clima del Mundo. Tal vez un día lo fue, tal vez; pero ahora se ha convertido
en la eterna desfachatez de transportistas sin la mínima buena educación; desde
el que conduce un vehículo menor, hasta el que conduce un vehículo mayor; desde
lo particular, hasta lo público.
Tenemos la poca vergüenza para
apuntar con el dedo agónico a nuestras autoridades incapaces, cuando en
realidad somos parte del desorden y damos rienda suelta a estos que se creen
dueños de nuestras pistas y calles, y pueden estacionarse donde ganas les da.
Hemos convertido a nuestra ciudad en una jungla sin leyes, en un lugar donde
los motores de estos vehículos contaminan nuestros sentidos desde el brillo del
alba hasta el anochecer.
Los responsables directos de este
desorden infernal somos tu y yo, somos quienes usamos a diario estos medios de
transportes para movilizarnos; ya sea a la universidad, al mercado, al trabajo,
o hasta incluso para hacer deporte a algún lugar, etc. En este caso no hay
responsabilidades compartidas. Si quisiéramos mejorar esta realidad dejaríamos
de ser tan descarados de la siguiente manera: no subas a un vehículo que por
dejarte subir se estaciona ya sea en media pista, o se atraviesa en la calle, o
en el peor de los casos, tan solo por dejarte subir debe cruzar a toda
velocidad impunemente la luz roja del semáforo. ¡Ups, según el chofer no se dio
cuenta! Entonces te conviertes parte del problema. Sales a la pista, levantas
la mano, primero miras a tu alrededor para ver que no haya ningún policía, el bajaj, combi, taxi, colectivo se
estaciona en una zona rígida, abre la puerta, tú tardas en subir, detrás ya se
generó un caos vehicular. Claro, ellos ya ganaron la batalla y pueden
estacionarse donde les da la gana.
Más de la tercera parte de
nuestras angostas calles se han convertido en paraderos informales, al otro
lado vendedores con triciclos mal estacionados se convierten en un punto más de
desorden que le sacan la vuelta a la buena convivencia. Se le pregunta al
candidato que busca llegar a un municipio distrital y provincial, hasta incluso
al gobierno regional sobre sus planes de trabajo para mejorar nuestro medio de
transporte, prefieren no hablar, si lo hacen prefieren hacerlo en voz baja o
tratar el tema de manera general, con propuestas vacías usando siempre esta
frase “vamos a mejorar el transporte en nuestra ciudad”, insistimos en
preguntarle el cómo mejorar, y nos dice “vamos a construir un terminal
terrestre”, como si todos estos vehículos menores van a ir a parar a estos
terminales terrestres que supuestamente piensan construir, y ni saben cuánto va
a costar. Ellos saben que aplicar una reforma total de nuestro transporte como
lo vienen haciendo en Lima les va a costar los votos.
Mientras como sociedad civil no nos armamos de
valor para hacerles frente a estos bárbaros de nuestra ciudad, seguiremos
soportando esta situación que tal parece ha llegado al límite. Ahora entiendo
la frase que alguna vez leí cuando subí a un medio de transporte lejos de estos
lares: Por tu propia seguridad, jamás confíes en tus autoridades.Fuente: Internet |
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