martes, 9 de septiembre de 2014

¡Cabrones!, Huánuco no está de moda

Por Alejandro Alminco Ayala | @Nobelalmerth
No jodan, ni mientan con esa frase “Huánuco está de moda”. Huánuco es un mundo de transportistas cabrones, malcriados, desordenados en el sentido más elevado de la palabra, mal educados, inclementes, mal aseados, incluso en el peor de los casos algunos son ladrones. Esos es Huánuco por ahora señores; y no se hagan ilusiones de que es la ciudad de El Mejor Clima del Mundo. Tal vez un día lo fue, tal vez; pero ahora se ha convertido en la eterna desfachatez de transportistas sin la mínima buena educación; desde el que conduce un vehículo menor, hasta el que conduce un vehículo mayor; desde lo particular, hasta lo público.
Tenemos la poca vergüenza para apuntar con el dedo agónico a nuestras autoridades incapaces, cuando en realidad somos parte del desorden y damos rienda suelta a estos que se creen dueños de nuestras pistas y calles, y pueden estacionarse donde ganas les da. Hemos convertido a nuestra ciudad en una jungla sin leyes, en un lugar donde los motores de estos vehículos contaminan nuestros sentidos desde el brillo del alba hasta el anochecer.
Los responsables directos de este desorden infernal somos tu y yo, somos quienes usamos a diario estos medios de transportes para movilizarnos; ya sea a la universidad, al mercado, al trabajo, o hasta incluso para hacer deporte a algún lugar, etc. En este caso no hay responsabilidades compartidas. Si quisiéramos mejorar esta realidad dejaríamos de ser tan descarados de la siguiente manera: no subas a un vehículo que por dejarte subir se estaciona ya sea en media pista, o se atraviesa en la calle, o en el peor de los casos, tan solo por dejarte subir debe cruzar a toda velocidad impunemente la luz roja del semáforo. ¡Ups, según el chofer no se dio cuenta! Entonces te conviertes parte del problema. Sales a la pista, levantas la mano, primero miras a tu alrededor para ver que no haya ningún policía, el bajaj, combi, taxi, colectivo se estaciona en una zona rígida, abre la puerta, tú tardas en subir, detrás ya se generó un caos vehicular. Claro, ellos ya ganaron la batalla y pueden estacionarse donde les da la gana.
Más de la tercera parte de nuestras angostas calles se han convertido en paraderos informales, al otro lado vendedores con triciclos mal estacionados se convierten en un punto más de desorden que le sacan la vuelta a la buena convivencia. Se le pregunta al candidato que busca llegar a un municipio distrital y provincial, hasta incluso al gobierno regional sobre sus planes de trabajo para mejorar nuestro medio de transporte, prefieren no hablar, si lo hacen prefieren hacerlo en voz baja o tratar el tema de manera general, con propuestas vacías usando siempre esta frase “vamos a mejorar el transporte en nuestra ciudad”, insistimos en preguntarle el cómo mejorar, y nos dice “vamos a construir un terminal terrestre”, como si todos estos vehículos menores van a ir a parar a estos terminales terrestres que supuestamente piensan construir, y ni saben cuánto va a costar. Ellos saben que aplicar una reforma total de nuestro transporte como lo vienen haciendo en Lima les va a costar los votos.
Mientras como sociedad civil no nos armamos de valor para hacerles frente a estos bárbaros de nuestra ciudad, seguiremos soportando esta situación que tal parece ha llegado al límite. Ahora entiendo la frase que alguna vez leí cuando subí a un medio de transporte lejos de estos lares: Por tu propia seguridad, jamás confíes en tus autoridades.
Fuente: Internet
 

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